S*T*A*R escribió:Si programas o desarrollas y percibes feedback por parte del público encontrarás un nuevo aliciente añadido para continuar con este pasatiempo. Si no recibes respuestas o lo que recibes son críticas pues te guardarás la distracción para tí, incluso diversificarás tu tiempo libre en otras distracciones. Es un poco ambigüo y disfuncional pero los hobbies sin compromiso son tan válidos como tumbarte panza arriba y mirar el techo. Si te critican por eso te importará un comino porque no te cuesta nada tumbarte; si programas y te critican lo más probable es que dejes temporalmente de programar porque eso sí que requiere un esfuerzo por tu parte, y cuando retomes el vicio será en privado y con tanta trascendencia y perspectiva como la que puede tener tumbarte a la bartola.
No estoy de acuerdo. Si me critican en un artículo del Sudoku Actual por mi forma de hacer sudokus la razón de mi indiferencia no será que cuesta poco hacerlos; la razón será que me gusta hacer sudokus. Es algo innato, y nada ni nadie puede hacer que se me vayan las ganas de hacer sudokus. A lo mejor dejo de ir a las reuniones de la Asociacion de Usuarios de Sudokus porque no me llevo bien con su presidente y en la última jornada de puertas abiertas me asignó deliberadamente sólo los más complicados, pero nada más.
Da igual que la afición/hobby sea más o menos exigente. Programar juegos es una tarea ardua, y aquí las buenas relaciones con la gente del entorno, el feedback, etc.. son alicientes importantes, pero yo sinceramente puedo pasar perfectamente sin todo eso, como en el ejemplo del sudoku. En mi caso la necesidad de estar pensando en ideas para juegos y la forma de hacerlos es algo que ya forma parte de mi vida, si me permitís el tono trascendental. Eso llegó en primer lugar, y los foros, las opiniones, las reuniones y la AUIC vinieron después. El orden de prioridad es este, y lo segundo nunca puede afectar a lo primero.
Aunque casi todo lo que empiezo se queda por terminar, yo me lo tomo todo muy en serio. A eso puedes llamarle compromiso si quieres, pero no es la clase de compromiso que me obliga a ir a sitios a los que no quiero ir y hablar con gente con la que no quiero hablar. Tampoco es la clase de compromiso que me obliga a acabar un proyecto sea como sea sólo por el hecho de que esté empezado: los aparco continuamente con pocos remordimientos. Ni siquiera siento la necesidad de alistarme en algún grupo para sentir que formo parte de la escena oficial. Me la suda todo eso (perdón por mi francés).
Alguien, leyendo esto, podría pensar que no tengo compromiso ninguno con este mundillo. Sería una observación acertada. Pero si de eso dedujese que me da lo mismo programar juegos que tumbarme panza arriba o hacer sudokus, o que un artículo del presidente de la AUIC va a hacer que lo tire todo por la borda y me busque otra afición en la que invertir horas... bueno, no tengo palabras para explicar lo equivocado que estaría.